Punto de Vista Revista digitalEuropa vive días aciagos a consecuencia de los últimos atentados terroristas sucedidos en París. Se da la circunstancia además de que el viejo continente está recibiendo una gran cantidad de refugiados procedentes de estas zonas en conflicto, causando alarma social y generando una gran confusión entre la ciudadanía. En este contexto, David Garriga, criminólogo, experto en terrorismo yihadista, profesor de la Fundación Behavior&Law y analista de SECINDEF, responde a las preguntas de PUNTO DE VISTA.
Actualmente vivimos un proceso de radicalización que se está dando en dos direcciones; por un lado, sectores de la sociedad occidental ven con muy malos ojos todo lo relacionado con el Islam, mientras que el adoctrinamiento de jóvenes musulmanes, intensamente radicalizados parece que no cesa. ¿Cómo conseguir revertir este orden de cosas?
Es cierto que el terrorismo de DAESH esta radicalizando cada vez más, con menos tiempo y con más éxito a jóvenes occidentales para luchar para su causa, haciéndoles creer que su lucha es Yihad y que atacar occidente es uno de los objetivos. Para mi falta mucho que hacer en el ámbito de la prevención y educación sobre la sociedad occidental. Los terroristas juegan con eso, esa desinformación y desconocimiento de lo que es el islam hace que la sociedad occidental no musulmana vea en los musulmanes parte del problema.
Hay que evitar entrar en ese juego, no darles esa oportunidad de separar a la población occidental entre musulmanes y no musulmanes y favorecer lo que en el fondo buscan los terroristas: tener una sociedad dividida para que el caos que pretenden instaurar, a través del miedo en los diferentes países que quieren conquistar, les sea más fácil de implantar. Sólo se puede evitar a través de la formación e información, que puedan dar , en parte, las comunidades islámicas en occidente garantes del islam. El conocimiento es el vinculo de las diferentes culturas, no la ignorancia.
Por otro lado invertir y aplicar más políticas de prevención para evitar que estos jóvenes se sientan integrados en la sociedad en la que viven y evitar que se sientan atraídos hacia la tentación de alistarse en las filas de Dáesh.
A día de hoy, ni Dáesh convence ni occidente convence. Tenemos un problema si no comenzamos a prevenir para revertir esta balanza a favor de la seguridad y la convivencia.
Parece ser que la formación de Imames en España y Europa no se acomete de un modo serio, ¿A qué es debido esto? ¿No es la figura del Imam esencial para una correcta formación de los musulmanes?
Totalmente de acuerdo, un centro de culto requiere imames capacitados, cultos, que hayan absorbido su cultura y la del país de acogida, del que deberían conocer la lengua, cosa que no ocurre en muchas ocasiones aquí en occidente. Su figura es muy importante para el musulmán, no se puede limitar a dirigir el rezo, tiene muchas veces que ser educador, guía, consejero… y evidentemente sin formación ni conocimiento de la lengua del país en donde esta ejerciendo es muy difícil de conseguir.
Va siendo hora que las instituciones y los diferentes gobiernos promuevan esta formación de imames de una manera común y más controlada, al igual que la creación de centros de culto si realmente se observa que hay una necesidad. Abdella Boussouf, secretario general del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME) reconocía, refiriéndose al barrio de Molenbeek, Bruselas, que “existe un descontrol en los colectivos islámicos en Europa, sobran muchas mezquitas: en el barrio de donde procedían la mayoría de los terroristas que atentaron en París bastaría con dos y hay decenas”.
Se habla mucho del extremismo y los radicales, pero también hay estados intermedios, lo que algunos autores han calificado como un salafismo difuso…¿Consideras que esto es precisamente un éxito de los radicales, o los que fomentan el extremismo?
Aunque la principal vía de radicalitzación sigue siendo a través de las redes sociales es evidente que existe un radicalismo social que puede llegar a condicionar a un joven o una joven aquí en occidente a la hora de elegir un camino u otro. Por ejemplo, en España existen más de 100 centros de culto salafistas, y aunque el salafismo, doctrina islámica ultraortodoxa que predica una interpretación literal del Corán, no es sinónimo de terrorismo si que está presente en el núcleo ideológico de todo terrorista de Dáesh.
¿Cómo se financia Daesh?
Las principales fuentes de financiación de Dáesh y de las que tenemos constancia son principalmente a través de la extorsión, el saqueo de bancos, la venta de petróleo y los secuestros. También se ha hecho referencia al tráfico de antigüedades de las diferentes ciudades con un patrimonio cultural extraordinario, como la siria Palmira o la antigua Nirive, y que han sido saqueadas y sus tesoros comercializados en Occidente.
Otra de las formas de financiación es a través de las estafas telefónicas en países europeos como Reino Unido, donde sus miembros se hacen pasar por entidades financieras o autoridades policiales para lograr información financiera de ciudadanos particulares a los que luego vacían sus cuentas bancarias
A día de hoy, DAESH es completamente autofinanciable economicamente. La organización ingresa la mayor parte de su dinero de los territorios que posee, llegando incluso a cobrar impuestos a los ciudadanos que viven en sus tierras.
¿Cómo se debe luchar en España contra el yihadismo? ¿Qué programas formativos son necesarios para que tanto los periodistas como los cuerpos de seguridad comprendan del modo más integral posible el radicalismo y los conceptos más básicos relacionados con el Islam?
Por estos motivos creo que es fundamental trabajar en el seguimiento de los jóvenes sospechosos de radicalismo, hacer un trabajo, como ya se hace en otros países de la Comunidad Europea, a nivel de prevención. Seguir los posibles radicalizados no sólo es muy costoso sino que puede llegar a ser agotador para los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad. Tenemos que trabajar para evitar que este joven llegue a caer en la red de reclutamiento, detectando y ofreciendo otras opciones más atractivas que las que ofrecen los terroristas. Por otra parte, mientras dura esta radicalización (Al Qaeda radicalizaba en 2 años, DAESH lo hace en 4 meses) es imprescindible formar a profesionales capaces de detectar estos cambios en su conducta, cambios que son evidentes pero que si no conocemos cuales son es imposible de detectar a priori.
De igual manera, es importante controlar y neutralizar la actividad de todas las redes de reclutamiento y a sus operadores, espacios a día de hoy básicos para el reclutamiento de estos jóvenes y poder trabajar con los radicalizados una vez se les detiene, se debe poder disponer de programas de des-programación. No sirve de nada aprisionar un radicalizado durante años si cuando salga de la cárcel sigue pensando igual, con el mismo discurso contra occidente.
Otra medida importante es dar voz y opinión a los representantes de estos musulmanes como las diferentes comunidades islámicas presentes en nuestro país rechazando este terrorismo y dejando claro que el Islam no tiene nada que ver con DAESH, para evitar dividir entre musulmanes y no musulmanes y que se objetivo buscado por los terroristas para crear el caos en occidente.
Activar y potenciar la creación de organismos de inteligencia coordinados entre los diferentes países desde una Comisión Europea para poder solucionar el problema de traspaso de información entre las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad y servicios de inteligencia europeos. Por otra parte, el trabajo de calle para neutralizar este terrorismo social que esta presente en nuestra sociedad es fundamental, formando a profesionales más cercanos a los perfiles de los posibles radicalizados (médicos, profesores, trabajadores sociales, enfermeras …) para detectar su captación y poder denunciar esto a las autoridades para el seguimiento y control. Pero principalmente más políticas de prevención, fundamentales para luchar antes de que pase por no lamentarnos a posteriori
¿Cómo pueden afectar a la arquitectura política y social europea los recientes atentados de París?
A nivel político está claro que cada ataque terrorista en occidente sirve para aumentar las medidas de seguridad hacia la población aumentando el control y disminuyendo libertades de los ciudadanos. La mayoría de veces, después de un acto radical y violento contra la sociedad, se acaba recortando las libertades en nombre de la lucha contra el terrorismo.
A nivel social, el principal problema es la afectación psicológica de la población. Estos atentados, esa sensación de que pueden atentar donde quieran y cuando quieran genera una percepción de terror y pánico, objetivo por otra parte del grupo terrorista para generar el caos en los diferentes países de occidente, contribuyendo a una sensibilización y preocupación social ante el terrorismo.
Otro efecto sobre la sociedad es el incremento del rechazo hacía lo que ellos creen es la causa de ese terrorismo. Muchas veces dirigido hacia los musulmanes en concreto o al islam en general sin que tenga nada que ver. Creando un aumento de la xenofobia y aumento del etnocentrismo. Este incremento del rechazo permite a los terroristas conseguir uno de sus objetivos principales para la implantación del califato, dividir a la sociedad occidental. Debemos evitar caer en su trampa.
David Garriga Guitart es asimismo autor de su último libro “Yihad ¿qué es?” (2015), editado por Comanegra.
J.l/ P.v
